5 libros para conocer a Osvaldo Soriano
A 20 años de su muerte, un repaso por las obras más importantes del periodista y escritor argentino.
Triste, solitario y final (1973)
Celebrada primera novela con la que se dio a conocer como escritor en 1973. La original trama enlaza los destinos de el Gordo y el Flaco con Philip Marlowe (también aparece por allí John Wayne) y una especie de álter ego del propio Soriano, en una atmósfera cargada de melancolía pero también de un humor irónico y amargo. El escritor reelabora así la vertiente de su imaginario que provenía de la cultura popular norteamericana.
No habrá más penas ni olvido (1978)
Publicada en el exilio, en 1978, la breve novela (menos de cien páginas) constituye una feroz parodia de las luchas intestinas del peronismo. Ambientado en un ínfimo e improbable pueblito bonaerense, de esos que Soriano amaba recrear en sus ficciones, el libro progresa hasta alcanzar un clímax de tragedia fratricida, en la que los dos bandos se enfrentan violentamente bajo una misma consigna: "Perón o muerte".
Cuarteles de invierno (1980)
Uno de los mejores trabajos de Soriano. Aquí también el escenario es un pueblo de provincias en el que la calma aparente de la superficie esconde un tumulto de pasiones oscuras. El cantante de tangos Andrés Galván y el boxeador Rocha llegan en tren para animar una fiesta local organizada por las autoridades del lugar, bajo régimen militar. No saben que pronto se verán presos de una trampa sin salida.
Artistas, locos y criminales (1984)
Reúne crónicas y semblanzas periodísticas publicadas durante los años que trabajó en La Opinión, entre 1971 y 1974. De Robledo Puch a José María Gatica; del Operativo Dorrego al asesinato de Rucci, la prosa de Soriano envuelve al lector de la primera línea a la última. Su galería de hechos y de personajes, una vez más, pinta un cuadro de la Argentina, pero va más allá y alcanza a captar el espíritu de una época.
El ojo de la patria (1992)
El espía argentino Julio Carré, mediocre y sin demasiado quehacer, vegeta en París como un engranaje olvidado de la burocracia y se busca la vida con changas y chapuzas hasta que desde Buenos Aires le encomiendan una misión secreta y crucial: repatriar el cadáver de un prócer amado por unos y odiado por otros. La historia, la política y el humor tragicómico confluyen una vez más en esta creación disparatada de Soriano.
Fuente: Diario La Nación