top of page

LOS DIENTES DE DON MANUEL

El dia que exhumaron los restos de Manuel Belgrano para colocarlos donde están hoy, Joaquin V. González y Pablo Ricchieri, ministros del Interior y de Guerra, le robaron dos piezas dentarias. Fue tal el escándalo que debieron devolverlos.

Si algo distinguió a Manuel Belgrano fue su entrega incondicional a la patria. En el afán de colaborar siempre con las necesidades de la Nación, el creador de la bandera aceptó empresas imposibles al mando del Ejército del Norte, descuidó su salud, su vida personal y hasta invirtió dinero de su bolsillo ya fuera para alimentar a sus hombres en el campo de batalla o para construir escuelas. Mientras vivió, lejos estuvo de ser retribuido por sus aportes, en consecuencia, murió en la pobreza. Luego llegó el reconocimiento, aunque eso no evitó que padeciera un ultraje por parte de los hombres que circunstancialmente representaron al Estado argentino. De hecho, en ocasión de la exhumación de sus restos, dos funcionarios del gobierno de Julio Argentino Roca se quedaron con sus piezas dentarias.


El 4 de Septiembre de 1902, los restos de Manuel Belgrano se trasladaron desde una sepultura común, ubicada en el atrio del convento de Santo Domingo, a una urna que se colocaría en un mausoleo próximo a inaugurarse y que es donde se encuentran en la actualidad. La comitiva designada fue encabezada por Joaquín V. González y Pablo Ricchieri, ministros del Interior y de Guerra, respectivamente. Además, en la ceremonia estuvieron presentes el prior del convento, fray Modesto Becco; los médicos Marcial Quiroga y Carlos Malbrán; Gabriel Souto, presidente de la comisión para la construcción del mausoleo, y, entre otros, Carlos Vega Belgrano y el subteniente Manuel Belgrano, descendientes del responsable del éxodo jujeño. En tanto, Enrique Garrido, escribano mayor de Gobierno, le dio la legalidad al acto que, pese a ello, estuvo plagado de irregularidades.


Así lo reflejó al día siguiente el diario La Prensa: “Llama la atención que el escribano del Gobierno de la Nación no haya precisado en este documento los huesos que fueron encontrados en el sepulcro; pero no es esta la mayor irregularidad que es permitido observar en este acto”, decía la crónica del acto que, a continuación, agregaba: “Entre los restos del glorioso Manuel Belgrano que no habían sido transformados en polvo, se encontraron varios dientes en buen estado de conservación, y admírese el público, esos despojos sagrados se los repartieron buena, criollamente, el Ministro del Interior y el Ministro de Guerra”.


La revista Caras y Caretas, por su parte, describió el episodio a través de una caricatura de Belgrano, a quien se lo podía ver salir de su tumba señalando a los ministros cuestionados diciéndoles: “¡Hasta los dientes me llevan! ¿No tendrán bastante con los propios para comer del presupuesto?”. El diario La Nación, en tanto, también cubrió la ceremonia, aunque respecto de la dentadura del prócer sólo se limitó a decir que se encontraba en “relativo buen estado”. El medio fundado por Bartolomé Mitre se extendió en detalles respecto de cómo se encontraba el cadáver, pero omitió el incidente que protagonizaron los funcionarios de Roca.



Ante la repercusión, González y Ricchieri se vieron obligados a devolver lo que no les pertenecía. Y el padre Modesto Becco, prior del convento, se encargó de aclarar que ambos le habían entregado las piezas dentarias y de justificar lo injustificable. El religioso dijo que el Ministro del Interior se había llevado un diente para mostrárselo a varios amigos, mientras que el titular de la cartera de Guerra dijo que fue para “presentárselo al señor general Bartolomé Mitre”. En este sentido, el diario La Prensa, que recibió las justificaciones de Becco en una carta, acotó: “Las explicaciones son de infinita ingenuidad, pero nos llama la atención especialmente la del Ministro de la Guerra. Este funcionario declaró ayer en su despacho, ante varias personas, que había retirado el diente del general Belgrano con el objeto de consultar al general Mitre sobre la conveniencia de engarzarlo en oro, para colocarlo luego con los demás restos en la urna del monumento”.


Asimismo, La Prensa, que primero denunció el robo y luego siguió de cerca sus repercusiones, pidió la reparación inmediata del episodio con una frase concluyente: “Que devuelvan esos dientes al patriota que menos comió en su gloriosa vida con los dineros de la Nación”.




Entradas recientes
Entradas destacadas
Archivo
Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Grey Instagram Icon
logoparablog.png
bottom of page